Nunca debemos olvidar la posibilidad de que nuestro perro puede comer o beber algo que puede hacerle daño, en especial si somos «padres» primerizos. De cachorro, pero también al crecer, podría acercarse a alimentos y sustancias peligrosas, o jugar con cualquier cosa que, de ser ingerida, podría ocasionarle graves problemas de salud. No hay de lo que preocuparse, aquí tenemos una guía acerca de lo que puede resultar dañino para nuestros perros, para aprender a protegerlo mejor.
Alimentos prohibidos dañinos para el perro
Chocolate, cebolla y ajo, uvas y pasas, estos son los alimentos que le pueden causar un verdadero problema a nuestro perro. Pero hay más: de hecho, debemos prestar atención a los huesos de las frutas, espinas de pescado y cualquier cosa dura. Otro alimento peligroso son los huesos, sobre todo los de pollo y pavo. Un consejo útil es mantener la basura bien cubierta y si es posible fuera de su alcance.
Otras sustancias nocivas para el perro
De acuerdo con la ciencia, el alcohol y la nicotina son perjudiciales para el perro. En especial, la cerveza puede resultar problemática para perros de talla mediana-grande. De todos modos, lo mejor en general es no perder de vista a nuestro perrete si estamos consumiendo alcohol. El mismo discurso vale para los detergentes o hidrocarburos, cuyos olores a veces dulzones pueden tentar al perro y causar enormes daños. Debemos tener cuidado con las especias y edulcorantes, que son muy tóxicos para el hígado de los perros, incluso en cantidades mínimas.
Qué cosas pueden dañar a un cachorro
En una posible intoxicación, el riesgo es mayor cuanto menor es el peso del animal. Es por ello que los cachorros corren mucho más riesgo que un perro adulto. Los cachorros tienden a comer cualquier cosa. Se debe prestar atención a cuerdas, piedras y ramitas que pueden ocasionar lesiones en el aparato digestivo. Incluso a nivel alimentario, el peligro de los alimentos prohibidos aumenta notablemente si estamos hablando de un cachorro. Otro elemento de riesgo es el moho, que nuestros amigos de cuatro patas nunca deben respirar, sobre todo si su sistema respiratorio aún está en desarrollo.