Ya se en personas o animales, los cuidados preventivos y la salud deben ir siempre en primer lugar. Para velar por la salud de nuestro perro, pero también por la nuestra, es importante que le proporcionemos los mejores tratamientos. Entre ellos no faltan las vacunas. ¿Qué pasa si no vacuno al perro? Esto es lo que tenemos que saber.
Por qué es importante vacunar al perro
A menudo, las vacunas son un tema de discusión y muchos son los puntos de vista contradictorios. Lo que es seguro es que la salud va siempre en primer lugar. A lo largo de los años, la calidad de vida y la ciencia han permitido y garantizado, incluso a los perros, una vida más sana y, en consecuencia, más longeva. La esperanza de vida media se ha alargado también gracias a los cuidados preventivos. Las vacunas permiten mantener a raya tanto infecciones graves como bacterias que han llevado a muchos perros a la muerte. La transmisión de infecciones se ha reducido drásticamente gracias a las vacunas. Con cada animal vacunado se contribuye a evitar la propagación de enfermedades graves. Entre estas recordamos: moquillo, parvovirosis, leptospirosis, hepatitis infecciosa, rabia, traqueobronquitis infecciosa. Pero existen muchas otras, que son altamente mortales. La Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales ha diferenciado dos categorías de vacunas: las vacunas básicas y las vacunas no básicas. Las primeras son las vacunas que se le deben poner a todos los perros, protegen de patógenos potencialmente letales que podrían afectar tanto a animales como a humanos. Por otro lado, en la segunda categoría están todas aquellas vacunas que no son obligatorias, pero recomendables.
Cuándo vacunar al perro
Sobre todo cuando se trata de cachorros, las vacunas poseen un papel muy importante. De hecho, los cachorros no tienen defensas y el contacto con el exterior los pone en grave peligro. Es por ello que se aconseja comenzar a pasear al perro únicamente tras haberle puesto las primeras vacunas rutinarias. El contacto con patógenos podría causarle rápidamente la muerte de no estar vacunado. Al finalizar la lactancia, también finaliza la protección de los anticuerpos presentes en la leche materna. Es recomendable comenzar a ponerle las primeras vacunas alrededor de las 8 semanas. Como en las vacunas hechas para humanos, las vacunas hechas para animales también se basan en la inoculación voluntaria de bacterias y virus inactivos que llevan al organismo a producir los anticuerpos necesarios para protegerse de la enfermedad. Justo después de la vacuna, como nos pasa a nosotros, puede que el perro no se encuentre muy bien, pero no debemos preocuparnos. Debemos monitorizarlo durante las primeras 24 horas. La inmunidad se obtiene después de la segunda o tercera dosis de recuerdo (normalmente las dosis de recuerdo se ponen alrededor de la semana 16). Recordemos que la primera vacuna tan solo activa el sistema inmunológico, las dosis de recuerdo son fundamentales. ¡Un perro sano es un perro feliz!