Si bien son llamativos tanto para la vista como para el paladar, los dulces son algo extremadamente peligroso para nuestro amigo de cuatro patas. Es necesario evitar a toda costa el pecado de la glotonería cuando de perros se trata. Vemos juntos qué hacer si el perro come dulces por error.
¿Por qué son peligrosos los dulces para los perros?
Cualquiera que tenga un perro sabe bien que, cuando estamos en la mesa y nuestro peludín nos mira con ojos tristes pidiéndonos comida, es muy difícil no ceder a ello. Independientemente de la comida de la que se trate, debes recordar que, si acostumbras a tu perro a comer de la mesa, será difícil quitarle la costumbre. Además de que algunos perros y razas tiene un mayor riesgo de padecer sobrepeso, ¡por lo que debes tener cuidado! Por lo tanto, hay alimentos que nunca le debemos dar a nuestros amigos peludos, como por ejemplo los dulces. Cuando hablamos de dulces, nos referimos básicamente a aquellos alimentos con un gran contenido de glucosa, azúcares refinados y edulcorantes artificiales.
Igualmente, a algunos endulzantes naturales como la miel. La toma habitual de glucosa le puede causar a tu perro enfermedades graves, incluso la muerte. De hecho, los perros no asimilan los azúcares de la misma manera que nosotros. Por este motivo es por lo que los dulces son peligrosos para los perros.
Qué hacer si el perro come chocolate
Increíble pero cierto. De entre todos los postres, el más tóxico es él: el chocolate. Ya sea con leche, negro, blanco o con nueces, poco importa. El nivel de toxicidad para el perro es realmente alto. Esto se debe a su contenido en teobromina, un alcaloide que ocasiona una aceleración de los latidos del corazón y aumento de la presión arterial. En casos extremos, puede incluso llevar a provocar convulsiones. ¿Qué hacer entonces si el perro ingiere chocolate? Lo primero y más importante es comprobar cuánto ha comido y cuánto tiempo ha transcurrido desde la ingesta. Una vez que lo sabemos, debemos contactar de inmediato con nuestro veterinario de confianza. Por supuesto, si la dosis ingerida no es muy grande, puede que solo le ocasione un poco de dolor de estómago o diarrea, nada grave. También se ha de tener en cuenta la raza del animal para evaluar lo dañina que puede ser la cantidad ingerida (el nivel de tolerancia de un gran danés y de un chihuahua no es el mismo). Si la cantidad ingerida fuera realmente grande, el veterinario podría llevar a cabo un lavado de estómago que haría que el perro vomitase. El veterinario sabrá sin duda cuál es la mejor opción. ¡Pero no más chocolate!