Los cachorros de Golden Retriever se encuentran entre los perros más solicitados y apreciados del mundo. Son perros muy tranquilos y hacen que la convivencia sea bastante sencilla, lo que hace que los cachorros de Golden Retriever se encuentren entre los perros más solicitados y apreciados del mundo.
Son perros muy tranquilos y hacen que la convivencia sea bastante sencilla si sabemos cómo controlarlos y sobre todo si han sido criados de manera adecuada durante los primeros meses de vida. De hecho, posee un carácter muy bueno y sociable, incluso con perros o humanos que no conoce y se presta por tanto a ser un buen compañero para aquellos que no tienen mucha experiencia con perros y en particular con cachorros.
Esto no quiere decir que todo vaya a ser un camino de rosas. Se sigue tratando de un cachorro con muchas ganas de jugar y de relacionarse con otros, por lo que toda su energía debe ser canalizada de manera correcta estableciendo los límites que consideremos oportunos. Afortunadamente, los cachorros de Golden Retriever son muy inteligentes y aprenden bastante rápido, pero hay que tener en cuenta su naturaleza y no utilizar métodos demasiado fuertes o incluso violentos. Así únicamente conseguiríamos perro temeroso, lo que no es bueno ni para nosotros ni para él.
Los cachorros de Golden Retriever también son excelentes compañeros para los niños y siguen siendo juguetones incluso hasta los tres o cuatro años, por lo que pueden verdaderamente crecer junto a los niños en casa. Por otro lado, este perro no tolera bien la soledad, ama la compañía y quiere estar siempre con su dueño y con su familia.
Uno de los consejos más extendidos es: si estamos pensando en adoptar a un cachorro de Golden Retriever, debemos dirigirnos a un criadero que goce de buena reputación. Esto se debe a que dicha raza tiende bastante a padecer ciertas enfermedades genéticas como diversas displasias y patologías oculares. Los criadores deben por tanto prestar especial atención a seleccionar animales que no presenten dichos defectos hereditarios, que podrían manifestarse con el tiempo y poner en riesgo el bienestar del perro y la tranquilidad de la familia que lo adopta.