Para muchas personas la Nochevieja es una forma de reunir a la familia, despedir al año que se termina y dar la bienvenida al nuevo que llega. Parte de esta tradición también incluye petardos y fuegos artificiales, pero como muchos dueños de perros saben, éste es un momento de verdadero terror para nuestros amigos de cuatro patas. De hecho, hasta el 80% de los perros tienen miedo o fobia a los ruidos fuertes, incluidos petardos, fuegos artificiales y tormentas eléctricas.
¿Por qué tantos perros tienen miedo a los ruidos fuertes?
Para las personas, los ruidos de las tormentas eléctricas y los fuegos artificiales no son particularmente molestos, sin embargo, los perros tienen el sentido del oído mucho más agudo que el nuestro: de hecho, pueden oír sonidos entre 67 Hz y 45.000 Hz, mientras que un ser humano alcanza un máximo de 23.000 Hz; además los perros pueden oír sonidos de muy baja intensidad, ya que su pabellón auricular intensifica cualquier ruido. Por este motivo, un ruido apenas perceptible para nosotros a 4 metros de distancia será alto y claro para un perro a 25 metros de distancia. Para el oído humano, un ruido muy intenso puede percibirse como doloroso a partir de una intensidad de 140 dB: por ello, a nivel legislativo, el límite de ruido impuesto para los fuegos artificiales es de 120 dB. Para las mascotas, en cambio, investigaciones recientes sugieren un umbral de alrededor de 97 dB. En otras palabras, gracias a su fino oído y la ayuda del pabellón auricular, el sonido de los fuegos artificiales puede resultar doloroso para nuestros amigos peludos.
Todo ello puede derivar en reacciones de ansiedad, miedo o pánico descontrolado y puede hacer que el perro intente escapar para alejarse del ruido y puede perderse o verse involucrado en accidentes de tráfico.
Además, estudios veterinarios muy recientes han demostrado que la mayoría de los perros con miedo o fobia a los ruidos fuertes sufren problemas en los huesos y las articulaciones u otras afecciones dolorosas. En cualquier caso, se recomienda que cualquier perro que sufra alguna forma de miedo al ruido sea sometido a una evaluación auditiva.
¿Cómo proteger al perro del miedo a los pertardos en Nochevieja?
En primer lugar, puedes actuar previniendo el problema, es decir, acostumbrando al perro, en la medida de lo posible, a los ruidos fuertes o bruscos que pueda encontrar de adulto. Es posible acostumbrar gradualmente al cachorro a ruidos molestos mediante grabaciones especiales, que inicialmente se escucharán a un volumen muy bajo y gradualmente más y más alto. El volumen puede ser alto, pero que no moleste al cachorro y recuerda, estas pruebas siempre deben ir acompañadas de actividades agradables, como el juego.
Cuando los ruidos sean especialmente fuertes, hacemos bien si protegemos a nuestro perro. Por ejemplo, podemos cerrar ventanas y contraventanas antes de que comiencen los ruidos molestos, y si es posible utilizar ruido de fondo, como la radio o la televisión, que cubra los que llegan del exterior. Podemos mover la caseta del perro a un lugar resguardado, alejado de las ventanas y puede ser útil distraer a nuestro perro con juegos, actividades de resolución de problemas y juguetes o comida. Si el perro muestra ansiedad o miedo, no hay que regañarlo, sino intentar distraerlo e involucrarlo en alguna actividad lúdica que el perro encuentre agradable. Si estas distracciones no son suficientes, un veterinario experto en comportamiento animal puede prescribir un complemento alimenticio o un fármaco destinado a reducir el estado de ansiedad o miedo.
Los paseos con el perro deben anticiparse antes de que comiencen los fuegos artificiales y repetirse a la noche cuando el ruido haya cesado, para que puedan hacer sus necesidades en paz. Dado que el perro podría huir asustado por un petardo u otro ruido repentino, también es importante comprobar que los datos asociados al microchip y la etiqueta estén actualizados, así como dotar al perro de un sistema de rastreo vía GPS, como el Kippy Evo.
¿Se puede curar el miedo a los ruidos fuertes?
Afortunadamente, la respuesta es sí. En la mayoría de los casos, las intervenciones para resolver estos problemas y modificar el comportamiento tienen mucho éxito, independientemente de la gravedad del problema. Por ello, si notamos este tipo de ansiedad, miedo o incluso fobia en nuestro perro, es muy aconsejable que lo examine un veterinario experto en comportamiento animal.
Federica Pirrone, Mariangela Albertini, Patrizia Piotti, investigadores de la Universidad Veterinaria de Milán, Italia (UNIMI).