Una de las ventajas de convivir con un perro es que este animal tiene el instinto natural de mantener limpia la zona donde duerme, come y descansa, o lo que viene a ser nuestra casa. Esto se debe a que sus antepasados ya tenían la tendencia a mantener limpia su guarida. Pues bien, aunque los perros tienen ya este instinto innato, necesitaremos enseñarle qué espacio considerar como la «guarida» o su espacio vital.
Si estamos intentando enseñar a un cachorro a no ensuciar en casa, será importante recordar que durante los primeros meses de vida, el perro, al igual que un recién nacido o un niño pequeño, no tiene un perfecto control de su vejiga, por lo que es normal que tenga algún accidente, al que no se le debe dar especial importancia y por lo que no se le debe castigar. De hecho, el riesgo es que nuestro perro asocie nuestro castigo con el acto de hacer sus necesidades y evitará hacerlo durante los paseos en nuestra presencia. Este tipo de mecanismo también hay que tenerlo en cuenta con los perros adoptados en la edad adulta, de una perrera o de la calle, porque no tendrán la costumbre de hacer sus necesidades solo en momentos concretos.
Qué hacer cuando tu perro deja manchas en casa?
Si nos encontramos con los excrementos “accidentales” por casa, será mejor distraer al perro llevándolo a otra habitación, para que no asocie los excrementos en casa con nuestra atención mayor. Luego tendremos que limpiar con agua y un desinfectante que no contenga lejía ni amoniaco. Los perros aprenden dónde puede ensuciarse basándose en tres elementos: olor, lugar y sustrato. La lejía y el amoníaco contienen partículas que recuerdan mucho el olor a excremento y, por lo tanto, podrían confundir al perro.
Dado que los otros dos elementos importantes son el lugar y el sustrato, será fundamental que nuestro perro asocie con ambientes y superficies adecuados el hecho de satisfacer sus necesidades corporales. Para ello, será suficiente que nuestro perro o cachorro haga sus necesidades prevalentemente en un lugar y sobre un material que consideremos oportuno, por ejemplo el parque debajo de casa. Además, tendremos que intentar sacar a pasear a nuestro amigo siempre que nos haga entender que quiere hacer sus necesidades: normalmente después de que se despierte, después de haber comido y después de jugar, o siempre que lo veamos olfateando el suelo y dando vueltas en círculos.
Cómo enseñar a tu perro la conducta mejor?
Siempre que el perro «lo haga» en el lugar indicado, podemos elogiarlo e, inicialmente, incluso darle un premio para hacerle entender que esa conducta tiene consecuencias positivas; obviamente teniendo cuidado de no interrumpirlo antes de lo necesario! Evidentemente, este procedimiento implica que al principio tendremos que sacar al cachorro con mucha frecuencia, incluso cada dos horas. Pero nuestros esfuerzos darán sus frutos. Por el mismo motivo, habrá que enseñar al perro a no hacer sus necesidades en alfombras o paños desechables, porque esto puede llevar a nuestro amigo a asociar sus necesidades con el ambiente del hogar o, en el caso de las alfombras, con todos los objetos de tela.
Federica Pirrone, Mariangela Albertini, Patrizia Piotti, investigadores de la Universidad Veterinaria de Milán, Italia (UNIMI).