Todos los propietarios de perros y gatos se preocupan por la seguridad de sus amigos de cuatro patas. Al fin y al cabo, cada mascota tiene una personalidad única: algunas son muy perezosas y siempre están pegadas a sus compañeros humanos, mientras que otras, sobre todo en sus primeros años de vida, son muy hiperactivas y curiosas, siempre entusiasmadas por ir de un lado a otro para ver cosas, personas y lugares nuevos. Puede ocurrir, por tanto, que al darle un poco más de libertad o al desatenderlos un poco, se aleje y se pierda. Hoy en día, afortunadamente, la tecnología nos ayuda a seguir los movimientos de nuestras mascotas para que siempre sepamos dónde se encuentran y, tal vez, obtener algo más de información, como en el caso de Kippy.
De hecho, hay varios tipos de rastreadores, especialmente los que no son GPS, y el más famoso de ellos es, sin duda, el AirTag de Apple, que ha mejorado una tecnología que ya existía pero que sigue ofreciendo una funcionalidad muy limitada debido a su pequeño tamaño. El enfoque de ambas tecnologías es muy diferente, Kippy permite un seguimiento sin fronteras, en todo el mundo, mientras que AirTag tiene un alcance muy limitado, a pesar de que tiene ciertos avances.
Todos los propietarios de perros y gatos se preocupan por la seguridad de sus amigos de cuatro patas. Al fin y al cabo, cada mascota tiene una personalidad única: algunas son muy perezosas y siempre están pegadas a sus compañeros humanos, mientras que otras, sobre todo en sus primeros años de vida, son muy hiperactivas y curiosas, siempre entusiasmadas por ir de un lado a otro para ver cosas, personas y lugares nuevos. Puede ocurrir, por tanto, que al darle un poco más de libertad o al desatenderlos un poco, se aleje y se pierda. Hoy en día, afortunadamente, la tecnología nos ayuda a seguir los movimientos de nuestras mascotas para que siempre sepamos dónde se encuentran y, tal vez, obtener algo más de información, como en el caso de Kippy.
De hecho, hay varios tipos de rastreadores, especialmente los que no son GPS, y el más famoso de ellos es, sin duda, el AirTag de Apple, que ha mejorado una tecnología que ya existía pero que sigue ofreciendo una funcionalidad muy limitada debido a su pequeño tamaño. El enfoque de ambas tecnologías es muy diferente, Kippy permite un seguimiento sin fronteras, en todo el mundo, mientras que AirTag tiene un alcance muy limitado, a pesar de que tiene ciertos avances.
Localización por GPS y Bluetooth
El “secreto” de esta diferencia en la eficacia es que la AirTag no es un rastreador GPS, sino que se basa principalmente en una conexión Bluetooth, con un alcance de unos diez metros en interiores y treinta en exteriores: está prácticamente a la vista y, por tanto, es útil para objetos pequeños. Kippy, en cambio, se basa en un sistema más articulado y complejo: un auténtico rastreador GPS que, a través de una conexión GSM, envía constantemente datos sobre su posición a un servidor al que se puede acceder desde cualquier parte del mundo. Si nuestro perro está en casa, en Italia, con unos familiares, y nosotros estamos de viaje en la otra punta del mundo, seguiremos pudiendo localizar a Kippy y a nuestro amigo.
Cabe destacar que AirTag puede ampliar su alcance aprovechando las conexiones de otros iPhones, pero se trata de una solución tan inteligente como ineficiente: para localizar AirTag fuera del alcance de nuestro teléfono, es necesario que una persona con un iPhone de última generación y una conexión activa pase cerca de él. Una combinación que requiere tener algo de suerte, algo que no es necesario con Kippy, ya que cuenta con su propia conexión GSM 2G, la misma que tenían los teléfonos móviles que usábamos hace unos años: Al conectarse a las redes de los operadores telefónicos con mayor cobertura, Kippy es capaz, por sí solo, de mantenerse en contacto con su teléfono en cualquier parte del mundo.
Más allá de la ubicación: seguimiento de la actividad
La comparación, desgraciadamente, termina aquí porque las funciones del AirTag se agotan: se limita a localizar objetos cercanos de forma muy simple y circunscrita y fue creado esencialmente para no olvidar llaves y otros objetos alrededor, pero resulta poco útil como sistema de localización para animales capaces de moverse de forma autónoma e incluso alejarse kilómetros. Por otro lado, Kippy fue concebido pensando en las necesidades del dueño de la mascota y por ello es capaz de proporcionar información que va mucho más allá de la localización, aunque sea ilimitada.
Kippy también es útil para hacer un seguimiento de las actividades diarias de tu perro o gato y controlar su salud. Es un poco el equivalente canino o felino de la smartband que llevamos en la muñeca: un algoritmo procesa la información que Kippy consigue detectar, y así es capaz de «entender» cuándo nuestra mascota está corriendo, jugando, durmiendo, etc., e incluso calcular los pasos y las calorías quemadas. Un seguimiento completo de la actividad de nuestro amigo de cuatro patas que nos da una visión general de su vida diaria y es una herramienta muy útil para mantener su salud bajo control.