Uno de los parásitos externos más molestos, pero también más comunes, que pueden sufrir los perros son las pulgas. Se trata de pequeños insectos que saltan con facilidad sobre el pelaje de nuestro amigo de cuatro patas y sobreviven chupando la sangre del animal que, sin saberlo, sirve de huésped para ellos. Pero, ¿te has preguntado alguna vez si los humanos pueden coger pulgas?
Las pulgas son pequeñas, pero muy resistentes. Pasan todo su ciclo vital en el cuerpo de su huésped y, sí, lamentablemente también pueden infestar el ambiente a su alrededor poniendo huevos de manera muy rápida. Y también pueden infestar a los humanos. Vamos a ver qué síntomas provocan las pulgas en los humanos y también qué hacer para deshacernos de ellas.
Pulgas en humanos
Las pulgas son tan pequeñas como resistentes y, desafortunadamente, pueden infestar nuestro hogar rápidamente al poner huevos y, por lo tanto, afectar directamente a los humanos. Los perros con pulgas tienden a rascarse mucho, pero los humanos afectados por ellas también tienden a rascarse mucho. Un fuerte picor y una ligera hinchazón son los síntomas típicos, pero aquellas personas más sensibles también pueden desarrollar una dermatitis alérgica. Las pulgas en realidad prefieren a los perros, pero el peligro para los humanos proviene de la presencia de pulgas en la casa, que pueden adherirse después a pies, tobillos y pantorrillas. Provocan mucha picazón y la zona afectada puede incluso convertirse en una úlcera.
La presencia de pulgas en nuestro hogar indica que las pulgas adultas han estado un tiempo suficiente en nuestro perro como para haber tenido la oportunidad de depositar huevos en cantidad. Las pulgas tienden a morder siempre en la misma zona: se trata de picaduras planas y generalmente alineadas en dos o tres seguidas. Para aliviar el dolor, usaremos agua fría para prevenir la hinchazón y una crema de farmacia con esteroides. Si nos damos cuenta de que nos ha mordido una pulga, debemos bañarnos inmediatamente en agua muy caliente y limpiarnos la piel cuidadosamente. Debemos lavarnos el pelo con un champú antiparasitario -que podemos adquirir en la farmacia- y peinarnos con un cepillo de dientes muy estrecho para eliminar las pulgas y sus huevos. Debemos repetir este procedimiento al menos dos veces por semana si todavía creemos que tenemos pulgas. Para nuestro perro, el tratamiento ideal también es bañarlo en agua caliente con un champú antiparasitario y cepillarlo con un peine de dientes muy estrecho. Tras ello, tendremos que aplicarle un tratamiento antiparasitario, que tendremos que continuar durante todo el año ya que las pulgas sobreviven en todas las estaciones.