El gato sin pelo, muy leal y apegado a su amo, inteligente y cariñoso, es un animal bastante raro y caro. El Sphynx se caracteriza por su carácter dócil y amigable y, al mismo tiempo, por no tener pelo. Sin embargo, aunque no tenga pelo, cuenta con una pequeña pelusa que le da un efecto de piel de melocotón cuando lo acariciamos. Otra característica de la raza son las arrugas que presentan principalmente en mentón y cuello.
Gato sin pelo – el manto
Al no tener pelo es muy friolero y corre el riesgo de quemarse fácilmente con el sol, por lo que debería vivir en interiores -como un piso o apartamento-. En los Sphynx, podemos apreciar tres tipos diferentes de manto: Rubber, Peach y Wax.
El Rubber es un tipo de manto cuyo tacto se asimila a la goma, mientras que el tacto del manto Peach se asimila al de un melocotón. Finalmente, el tacto del manto Wax se asimila a la cera, pero un poco más grasiento. Podemos encontrar gatos sin pelo de todos los colores, incluso blancos. Esto significa que también podremos encontrarlos con manchas de distintos colores: no se trata de manchas causadas por una falta de pelo, sino que se producen por un cambio en el color del manto. Otra cosa muy característica son las arrugas que poseen principalmente alrededor del hocico, cuello y orejas.
Cómo cuidar de un gato sin pelo
El gato sin pelo requiere de unos cuidados particulares ya que se trata de un gato extremadamente sensible al frío y a los rayos solares. Al tratarse de un gato desprovisto de pelo, tiene a sufrir el frío y las bajas temperaturas en exceso y debería vivir en un piso. Al mismo tiempo, dada su falta de pelo, también suele sufrir con los rayos del sol -que podrían causarle quemaduras-, por lo que conviene protegerlo también con una crema solar. También debemos prestar igual atención a la limpieza: debemos asearlo al menos dos veces por semana para poder eliminar la grasa acumulada en exceso. Debemos limpiarle los ojos al menos dos veces al día y las orejas, como mínimo, una vez por semana.