Antes no se veían antes muchos gatos sin pelo, pero hoy en día es cada vez más frecuente verlos, a pesar de que sean animales muy peculiares. Se caracterizan por no tener pelo o, mejor dicho, por aparentemente no tener pelo. A pesar de parecer estar calvos, tienen una fina pelusa por todo el cuerpo.
Otra de las cosas que caracterizan a los gatos sin pelo son sus arrugas -concentradas principalmente en la frente, alrededor del mentón y en el cuello- así como sus ojos, que son grandes y muy profundos. Vamos a ver en detalle algunas de las características de los gatos sin pelo en general, así como de las distintas razas existentes.
Gato sin pelo – las razas
Se cree que la ausencia de pelo en este tipo de gatos se debe a una mutación espontánea de un gen recesivo denominado hr, que puede también transmitirse de generación en generación y no tener impacto alguno en su aspecto. Otra cosa que tienen en común todas las razas de gatos sin pelo es que se tratan de gatos muy delicados. Estos gatos sufren con las bajas temperaturas y es muy fácil que se quemen con el sol: es por ello que deben vivir en interiores -un piso o apartamento, por ejemplo- y salir tan sólo cuando las temperaturas son suaves y siempre con mucha protección. ¿Cuáles son las razas de gatos sin pelo más comunes?
La raza de gato sin pelo más conocida es el Canadian Sphynx, un animal muy dulce e inteligente que ama la compañía y a su amo. El gato elfo es dócil y afectuoso, pero también activo y muy vivaz. Se caracteriza por tener unas orejas muy largas y le encanta la compañía.
A menudo, el Kohana viene considerado como el único gato sin pelo real, ya que está totalmente pelado: no posee folículos pilosos y tiene muchísimas arrugas. Se trata de una raza muy costosa cuyos cachorros requieren un cuidado especial. Esto se debe a que, por sus arrugas, los cachorros ni siquiera pueden alimentarse por sí solos y se les debe prestar atención incluso tras el destete. La cabeza del gato sin pelo Peterbald es larga y estrecha, tiene patas palmeadas y una cola larga parecida a la de un ratón. Es un gato que «se hace oír» y se lleva también muy bien con los seres humanos, con los que se comunica fácilmente. El gato bambino, de origen estadounidense, se caracteriza por su apariencia arrugada, patas cortas y tamaño menudo. Es perfecto para los niños, con los que se lleva muy bien. La raza Donskoy es bastante similar al Sphynx: se trata de un gato sin pelo extremadamente sociable e ideal para una familia con niños.