Cómo elegir el gato ideal para nosotros
Estar junto a un gato reduce el estrés y la tensión arterial, nos pone de buen humor y favorece nuestro bienestar.
Acoger a un gato en casa es el comienzo de una aventura, pero es bueno tener en consideración distintos aspectos antes de poder hacerlo.
Los gatos son una mascota menos exigente que los perros, más independientes. A pesar de ello, antes de dar ese paso, es fundamental evaluar el espacio que tenemos, nuestro estilo de vida y la presencia de niños en casa. Pero, ¿qué gato deberíamos adoptar? Macho o hembra, de raza, ¿un cachorro o un gato adulto? Antes de adoptar a un gato es indispensable entender que se trata de algo a largo plazo: los gatos pueden vivir hasta 20 años, por lo que debemos asegurarnos de estarle proporcionando a nuestro amigo un hogar para siempre. Luego, debemos asegurarnos de que lo podremos tener en casa y el tiempo que podremos dedicarle. Los cachorros son por naturaleza menos exigentes que los gatos adultos, al igual que el gato de pelo largo requiere más cuidados que un gato de pelo corto. También debemos tener en cuenta el presupuesto con el que contamos y si hay niños en casa.
Cómo elegir al gato
Se trata de una elección subjetiva. Por lo general, nos basamos en el color, sexo y carácter. El gato que vive en semi-libertad está en casa solo para comer y limita el contacto con los humanos, a diferencia del gato que vive en casa que tendrá menos libertad. Sin embargo, requerirá también mayor atención, ya que su alimentación y el cuidado de su pelaje son más constantes.
Antes de elegir un gato, también debemos tener en cuenta la forma y estructura de su cuerpo, si se trata de un gato más corpulento o más delgado y atlético. ¿Es mejor optar por un macho o una hembra? Generalmente, las gatas tienen mayor predisposición a la vida doméstica que el macho, sobre todo si no está castrado. En cualquier caso, deberíamos castrar a ambos
La personalidad del gato
Sin duda, lo más importante es el carácter del animal: aunque nos enamoremos de un gato a primera vista, es cierto que debemos tener en cuenta el carácter del gato.
También debemos tratar de averiguar si se trata de un gato «de sofá», que ronroneará, se acurrucará en nuestros brazos y dormirá todo el día; en oposición a un gato más activo y dinámico, más juguetón.
Es posible intuir el grado de actividad que tendrá el gato adulto desde que es pequeño y saber cuánto tiempo pasará tranquilo en nuestros brazos. Si deseamos un gato activo, también es necesario tener en cuenta el espacio que tenemos para él, cuánto tiempo podremos dedicarle a jugar con él y a sus actividades favoritas. Además, debemos tener en cuenta lo sociable que es: un gato tímido puede asustarse con la gente, el ruido y evitar el contacto con los humanos. Si hay niños, es mejor evitar adoptar un gato asustadizo. Un gato inseguro dependerá más de su dueño humano y lo buscará todo el tiempo. La estabilidad mide la tendencia del gato a reaccionar de modo tranquilo y pacífico con otros gatos.
Qué gato adoptar – razas
Existen características intrínsecas a cada raza.
¿Ejemplos? Los gatos de razas provenientes de Asia no requieren por lo general muchos cuidados diarios. Sin embargo, requieren atención y tienen algunas necesidades especiales, como son momentos de juego y contacto físico. El Persa, sin embargo, necesita muchos cuidados y debemos pasar mucho tiempo peinándolo, aunque es un gato tranquilo e independiente que tolera bien la soledad. Si tenemos niños en casa, lo ideal sería elegir una raza dócil como son el Ragdoll o el Maine Coon.
El Cartujo se adapta perfectamente a vivir en un piso. Los Siameses quieren mucho a su dueño. Al Birmano no le gusta estar solo, por lo que lo ideal es que tenga un compañero de juegos. El gato Siberiano es el gato ideal si eres alérgico a los gatos, ya que no causa alergias, así como el gato Bosque de Noruega.
Cómo elegir a un cachorro de gato
Los cachorros deben tener confianza y acercarse al humano: si el gato no teme a los humanos será juguetón, en especial si ha tenido contacto con nuestra especie entre la segunda y la séptima semana de vida.
Aquellos cachorros que se han criado lejos del hombre se mostrarán hostiles y temerosos si nos acercamos y querrá escapar o atacarnos.
Los cachorros sociables, en cambio, se acercan y acarician a la persona con la cabeza.
Lo mejor es, pues, elegir al cachorro que sea más sociable, aquel que se nos acerque inmediatamente y se deje coger en brazos sin retorcerse o maullar.
También podemos intentar coger en brazos a diferentes gatitos para dar con el que tenga más confianza. En cambio, el gato más activo será el más inclinado a cazar, jugar y moverse.