Es importante que seamos conscientes de las responsabilidades que trae consigo y del compromiso que conlleva durante los próximos años la decisión de llevarse un perro a casa. Sucede con demasiada frecuencia que la decisión se toma a la ligera y, al cabo de poco tiempo, los dueños deciden regalar al perro porque no pueden hacerse cargo de las responsabilidades. Entonces estos animales terminan en perreras donde, aunque hay voluntarios que los cuidan de la mejor manera posible, llevan una vida triste y solitaria, esperando que nuevas personas decidan adoptarlos. Otros, menos afortunados, son abandonados en la calle y terminan perdidos de por vida.
Todo esto se puede evitar si primero se sabe qué esperar cuando te llevas un perro a casa. Agregar un perro a tu familia puede ser una experiencia extraordinaria pero requiere tiempo, paciencia, perseverancia y amor. Los cachorros o los perros adultos que nunca han recibido una educación requieren algunas semanas para comenzar a establecer juntos un lenguaje común. Después de esto habrá meses dedicados a la educación real en los que se establecerán los mandatos y reglas a respetar.
Si estás pensando en tener un perro, recuerda que todos los perros requieren:
- TIEMPO: Los perros son animales sociales e inteligentes que requieren ejercicio físico y mental todos los días. Cuidar a un perro lleva tiempo, educar a un perro lleva tiempo, generar confianza lleva tiempo. No hay atajos que tomar. Entonces, si una persona trabaja todo el tiempo y nunca está en casa, lo mejor que puede hacer es no tener un perro a menos que pueda dejarlo a alguien cuando no esté (parientes, amigos o cuidadores de perros).
- PACIENCIA: un perro necesita tiempo para adaptarse a un nuevo entorno, así que tenga en cuenta los errores y desastres que cometerá. Puede mordisquear su sofá o sillas, romper su colección de libros o hacer un lío en casa. Tenga en cuenta el paquete completo y sea paciente.
- DINERO: la gente a menudo subestima los costos de tener un perro. Están los costos iniciales que pueden ser desde unas pocas decenas de euros para donar a la perrera hasta miles de euros si se cogen de criadores profesionales. Los costos posteriores son muy variables según la edad del perro, el tamaño, el tipo de pelo (necesidad de aseo), el lugar donde vivirá y, sobre todo, de sus elecciones personales. Los cuencos, las correas, las casetas, los juegos y la comida se suman a los gastos veterinarios inevitables para los controles y las vacunas anuales.