A menudo se dice que para adoptar un perro, especialmente uno grande, es necesario tener un jardín grande y agradable donde pueda correr y desahogarse, o que el perro debe estar en el jardín porque ése es su lugar. De hecho, “la del perro en el jardín”, quizás también atado con una cadena a su caseta de madera, es una imagen que todos habrán visto en películas o dibujos animados o incluso en la realidad… Pero, ¿es ésta la mejor forma de tener a un perro? No es así, veamos por qué.
Primero, veamos el aspecto legal. Desde hace algunos años existe en España una ley, la ley 6/2017 de protección y defensa de los animales de compañía. Esta legislación prohíbe tener perros atados, por lo que el hecho de tener un perro atado, aunque estuviera bien alimentado, con buenas condiciones higiénico-sanitarias, con refugio de las inclemencias del tiempo y con asistencia veterinaria está tipificado y expresamente prohibido, así que, de hacerlo, estarías expuesto a recibir sanciones reales.
¿Es necesario dejar el perro solo en el jardín?
A continuación, reflexionamos sobre los aspectos etológicos propios del perro. ¿Es realmente necesario dejar al perro solo en el jardín, quizás durante muchas horas? Múltiples investigaciones científicas sobre la mente del perro y su evolución nos pueden ayudar a responder a esta pregunta. El perro fue el primer animal en convertirse en doméstico, se cree que esto sucedió hace unos 30.000 años. El segundo animal en convertirse en doméstico fue la cabra, hace apenas 15.000 años. Por tanto, el perro es el animal que ha vivido más tiempo con los humanos. Durante este larguísimo proceso evolutivo se desarrolló una especie única, diferente a cualquier otro animal del planeta, que existe precisamente porque pudo convivir con el hombre. En otras palabras, el perro está preparado genéticamente para compartir los espacios de vida de las personas, no solo el hogar, sino también la unidad familiar: el perro nació y existe hasta el día de hoy como un miembro real de nuestra familia. Por esta razón, a la mayoría de los perros no les gustará estar solos, separados de nosotros durante largos períodos de tiempo o dejados fuera de casa, mientras todos estemos dentro.
Consejos para la vida en jardín del perro
Cuando decidas tener a tu perro viviendo en el jardín, también debes pasar tiempo con él, jugando juntos o involucrándolo en nuestras actividades cotidianas como jardinería o tendiendo la ropa. También es importante recordar que es nuestra responsabilidad asegurarnos de que el perro no huya y que podamos seguirlo de alguna manera, poniendo vallas adecuadas y equipar a nuestro perro con un microchip y una medalla con los datos. Si queremos estar realmente seguros de poder localizar a nuestro perro en caso de fuga accidental del jardín o robo, conviene que también lleve un geolocalizador GPS, como el Kippy Evo.
Así que olvidemos la injustificada costumbre de mandar al perro a tomar aire y en su lugar recordemos guiarlo con nuestra presencia, dándole la oportunidad de dar largos paseos al aire libre con nosotros. De esta forma tendremos un perro que no solo es más equilibrado y sereno, sino también más educado.
Federica Pirrone, Mariangela Albertini, Patrizia Piotti, investigadores de la Universidad Veterinaria de Milán, Italia (UNIMI).